Llegaron a la política hastiados de la vieja política a la que llamaban casta y venían para sustituirla y acabar con el oscurantismo, la corrupción y todos los males conocidos y por conocer.
Unos, Ciudadanos, es un partido con diez años de antigüedad pero en un ámbito de actuación limitado a Cataluña. Hace 2-3 años deciden sus jóvenes dirigentes transformarse en partido político nacional.
El resto son una amalgama de siglas que se unen en un nuevo partido: Podemos.
Ciudadanos se presenta como un partido de centro y liberal. Desde el principio dice que viene para regenerar la corrupta política nacional y sin ambiciones de poder, de momento. Al principio se muestra como un partido atractivo: tienen dirigentes jóvenes con experiencia por sus 10 años de implantación en Cataluña. No quieren gobernar, se perfilan como una bisagra, un contrapeso político para intentar erradicar la corrupción, etc. Pero, ya viene el pero, la dimensión de España no es la de Cataluña y muchos de los cuadros con los que se forman sus representaciones comunitarias y ayuntamientos dejan mucho que desear. Aunque el peso a nivel nacional lo llevan no mas de 6-8 personas con muy aceptable eficacia, en las comunidades autónomas y ayuntamientos no tienen la misma eficacia positiva, incluso muchas veces es negativa. Eso hace que muchos ciudadanos tengamos la creencia que las varas de medir en la interpretación de los pactos con la distintas administraciones no son iguales en unos territorios que en otros, ni con unos compañeros de viaje que con otros. O esos cuadros de mandos periféricos hacen la política por su cuenta o el partido nacional no tiene una postura única en todos sitios ni con todos los socios.
En Podemos se unen un montón de siglas de agrupaciones, plataformas, sensibilidades, tendencias, que tienen todas un nexo común: son de extrema izquierda. Se definen ellos mismos como antisistemas, anticapitalistas, populistas, representantes de la gente, como si los que no quieren ser representados por ellos no fueran gente también. Venían a cambiar todos los hábitos podridos de la vieja política: no habrá oscurantismo, se acabaron las reuniones secretas en reservados de restaurantes, todo se decidirá por círculos y asambleas, se acabaros los dedazos, no tendremos coches oficiales, solo ganaremos el doble del salario mínimo interprofesional y mil cosas parecidas. ¡¡Pues si que han aprendido pronto todas las miserias de la vieja política¡¡. Aunque es fácil demostrar que estas promesas han sido ampliamente incumplidas hoy me referiré solamente al «dedazo». En el ultimo congreso del partido se enfrentaban los dos primeros espadas y como siempre ocurre uno gana y otro pierde. Los ganadores han laminado a los perdedores, lo que criticaban de los viejos partidos, y como compensación los ganadores han señalado con el dedo a los perdedores prometiendole cargos que decían que se elegirían con primarias. DEDAZO.
Bueno los otros dos grandes partidos, PP y PSOE, también tienen su aquel, pero de ellos hablaremos otro día.
Habrá quien me diga que quien soy yo para opinar sobre partidos en los que no milito pero creo que parte de mis impuestos llegan a ellos y eso me autoriza para la critica. Y si ellos dirigen mi vida y la de mi familia, que menos que se tengan que aguantar con las criticas de los ciudadanos que ya bastante JODIDOS están.